Muchos de los coches siniestrados son consecuencia directa de accidentes que se han producido durante la temporada estival o durante los meses de invierno.
Las medidas de control impuestas por la Dirección General de Tráfico para disminuir el número de coches siniestrados que se producen cada año no son suficientes, pues es necesario también que los conductores apliquen las normas y mejoren su conciencia vial, ya que la educación de todos siempre irá más allá de las normas que el Gobierno fije en las calles,ya que con multas es difícil lograr la educación de la ciudadanía.
No cabe duda que las multas pueden asustar por un tiempo, pero pueden perder su efectividad con el paso de los años.
También es necesario que los conductores profesionales den ejemplo a los particulares mediante una conducción que respete las normas de circulación, ya que un pequeño porcentaje de los coches accidentados proviene de colisiones provocadas por conductores pertenecientes a este colectivo, y se podría llegar a reducir de forma considerable.
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